Alumna soy, alumna seré.
Alumna para mi, también para ti.
Alumna en lo bueno, en lo malo, en la soledad y en la cooperación.
Alumna emprendedora de sueños.
Alumna, amante del conocimiento, de la libertad.
Alumna capaz de nada, y de todo.
Alumna consciente de la educación que saboreas.
Alumna que comete errores, luego los supera sin creces, de todo se aprende.
Alumna. Tú, que intentas superarte día a día, que lo consigas o no, nunca te dejas vencer.
Alumna de educadores que se dejan la piel para formarte, para que tus ideas te hagan persona, capaces de sacar de ti lo imposible.
¿Imposible? Siempre te enseñaron a borrar esa palabra de tu mente.
¿Menos inteligente? -No, diferente, es lo que te hace especial.
¿Excelente? -Puede. Cada uno llega a donde puede. Para mi la excelencia es llegar a ser capaces de cooperar todos juntos y nunca llegar a competir para "ser mejor" que otros.
Alumna de tu sonrisa, de tus experiencias, de tus recuerdos, de tu carácter optimista, de tu realismo ante el mundo, de tu buscar soluciones continuas para salir de esta, de tus ánimos que nunca se perdieron por el camino.
Alumna del respeto, es la primera palabra que me enseñaste.
Alumna seré siempre de mi, supero cosas yo misma que no hubiera imaginado.
Alumna tuya, alumno mío, juntos aprenderemos.
Alumna, futura docente y creadora de sueños posibles. Nunca desconfíes de ti, el camino de tu vida al fin y al cabo te lo construyes tú.
Pasé mi vida entre andenes.
18 jun 2012
9 jun 2012
Querida Paloma:
Tenía tantas ideas en la cabeza que no sabía por donde empezar…
Hoy hace veinte años del principio de todo esto, de la batalla que
emprendiste y hoy abandonas. Comenzó en un bonito septiembre lleno de ilusión,
nuevos proyectos, nuevas caras, nuevos valores que regalar. Cuando te pares a
pensar de verdad, y te sientes a estudiar todos y cada uno de los momentos
vividos dentro de estas cuatro paredes, los buenos y los malos, tal vez seas consciente
de la decisión que has tomado. Estamos seguros de que has pasado por mil cosas
pero, ¿sabes?, todo lo has superado tú sola, aquí nadie te ha regalado nada,
todo te lo has ganado tú, te has ganado nuestro corazón.
Realmente no eras consciente de todo lo innecesario
de la vida aquí, porque hasta ahora, todo lo que se había cruzado ante tus ojos
había sido imprescindible para seguir bajo este techo.
Se puede hacer aburrido pensar en lo que tienes que
hacer cada día, levantarse a las siete de la mañana, llegar puntual, aguantar a
“psicópatas” en clase, corregir… Y parece que día a día nada cambia, pero
cuando miras atrás, todo es diferente… Cada año, nuevas y diferentes personas,
nuevas despedidas… Pero como tú dices, son ciclos de la vida que no puedes
evitar por mucho que nos cueste aceptarlo.
Después de todo este tiempo, no queremos que te
vayas con mal sabor de boca, queremos que este cambio te sirva para recordar,
pero también para sonreír al pasado y pensar en que todo va a ir a mejor... Una
vida nueva, nunca es tarde para volver a empezar.
Recordando tiempos pasados me di cuenta de que todo
había empezado mucho antes de lo que pensábamos, hace justo cinco años en
nuestro primer año de instituto, allí estabas tú, en clase de alternativa de 1º
B de la E.S.O… Con esto te queremos decir que has dejado huella y que vayas a
donde vayas, nunca te olvidaremos.
Solo queda agradecerte tus charlas, reflexiones,
gestos y sonrisas. Gracias también por conseguir que viésemos la filosofía
desde otra perspectiva, como algo esencial en nuestra formación, tanto
profesional como personalmente, por hacernos pensar sobre el sentido de la vida,
por ayudarnos a crecer, madurar y a encontrar los misterios de existir. Ésta es tu no despedida, porque tú
nunca te habrás ido para nosotros.
Gracias.
Ruth Mesa.
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