Pasé mi vida entre andenes.

Pasé mi vida entre andenes.

17 mar 2013

Mis ahogos de cada noche.

Viniste desafiando las fronteras
a empezar de cero sin promesas,
dijiste que era una etapa pasajera
y rompiste mi foto de la cartera.

Yo no quise que la razón me volviese cuerda,
procuré que el orgullo rompiese las barreras
y sé que arrepentirse, ahora, no vale la pena
pero dile al reloj que nos devuelva lo que era.

Y no me vengas con falsas esperanzas,
y no camines si no sabes dónde vas a pisar
sabes bien lo que pierdes, cuando crees que ganas
nadie dijo que fuera fácil, sólo me queda imaginar.

Que me desato en ahogos cada noche,
que la almohada conoce el derroche
de lágrimas pintadas de color cobre,
ensuciadas de tus pueriles decepciones.

Intentaré borrar tus decisiones de mi agenda,
vaciaré de eternos recuerdos mi maleta
y derrocaré a la despedida, para que no parezca
que nos han roto, que ya nada queda.

11 mar 2013

El final de tu viaje.

Nada queda implícito en un papel si no escribes los cambios que te trajeron hasta aquí, esas canciones que creíamos que las habían compuesto para tu propia historia. El final de tu viaje sólo es el principio de tus sueños empañados de decepciones y caricias invisibles que esfumaron ya hace tiempo.

8 mar 2013

Tu orden de desahucio en mi vida.

El tiempo decidió llevarte con él,
el ayer me dejó sola ante el olvido,
me dio motivos para dejarme caer
y no arrepentirme de haber huido.

Me dejaste con mil motivos entre acordes
forjaste tus palabras en un folio con los bordes
escritos para despojarme de tu orden
de desahucio en mi vida entre guiones.

Pronuncié las vocales de tu nombre,
la i y la a de una despedida sin colores,
se rompieron las promesas entre pisotones
de la gente que me robaba tus olores.

Por qué te empeñas en romper el pasado,
tanto cuesta reconstruir las piezas del daño
que nos hizo el maldito invierno atado
a los recuerdos que nos han quedado.

Aún recuerdo tu carta perfumada un febrero
de esos que añoro, de esos que aún espero
en mi cama desde que te sueño
desde que te echo de menos.


Pronuncié las vocales de tu nombre,
la i y la a de una despedida sin colores,
se rompieron las promesas entre pisotones
de la gente que me robaba tus olores.


4 mar 2013

Un 'adiós' a tiempo.

No fui capaz de decir adiós a tiempo,
no pude despedirme del pasado adverso
a pesar de mis ganas de desaparecer
me podía el miedo a crecer.

Me hundí en un vaso lleno de recuerdos,
de rostros difuminados que se fueron con el tiempo,
de idioteces de adolescente que se adormecieron
bajo las sábanas de un pretérito imperfecto.

Y déjame, suéltame, no me pienso despedir,
si una vez, el destino decidió traerme aquí,
si la casualidad me cuenta que un ayer
me ofreció estas cuatro paredes.

Pero llegaron las lágrimas, los abrazos y caí,
no supe valorar a las personas que perdí.
Conté los minutos que quedaban para salir
de la rutina que encerraba un porvenir.

La catástrofe llegaba el último mes,
abdicaron las huellas, se perdieron las promesas
de papel que pronunciaron al revés
y nos emborrachamos con copas de JB.

Y déjame, suéltame, no me pienso despedir,
si una vez, el destino decidió traerme aquí,
si la casualidad me cuenta que un ayer
me ofreció estas cuatro paredes.