Volví a las andadas, y nadie estuvo ahí, nada consiguió que no regresara a mí, nadie me dijo que estaba mejor aquí, rodeada de todos, de nadie, porque en realidad estoy sola, como siempre, cayendo y levantándome porque no existen manos suficientes que te levanten si tú no eres capaz de hacerlo, y a veces nadie es un montón de gente.
Ni siquiera tú estabas cuando nadie me venía a buscar, cuando nadie me llamaba a la puerta, cuando de nadie recibía un mensaje, cuando cerraba la puerta y la música era mi única salvación.
Nadie estuvo, ni siquiera tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario