Pasé mi vida entre andenes.

Pasé mi vida entre andenes.

3 dic 2011

Es una ruleta que gira y gira y no da marcha atrás.

 Y no, no quieres que pase, cada año te haces una promesa, pero nunca la cumples. Has decidido que vas a vivir la vida a tu manera, pero sabes que los demás no se pueden adaptar a tu mundo, que eres tú, tú y solamente tú, metida dentro de esa horrible situación que se repite año tras año. Y, sí, cuando estaba a tu lado, cuando dedicaba las veinticuatro horas del día a ti te sentías llena , no te faltaba nada más. Y al cabo de tres años, tres años en los que fuiste como una madre, pasó lo que llevabas intentado evitar pensar cada día, se fue, pero, a pesar de la promesa que te hizo, se fue sin deja huella, se fue y te dejó hundida como si nada hubiera pasado, como si una estrella se hubiera apagado al cabo de miles de años. Y ahí, en esos momentos, es cuando te das cuenta de que nada había sido como pensaste.
Y lo peor de todo es que lo prometiste, prometiste no volver a aferrarte tanto a alguien, pero es que, por más que lo intentas, te resulta imposible. Dentro de un año, tan sólo un año, todo se esfumará, pero esta vez será diferente, ahora te toca a ti, ahora serás tú la que te vayas, y no lo podrás soportar, ya no te levantarás a la hora de siempre para preparar la mochila y salir corriendo para no llegar tarde a clase, no podrás sentirte arropada por los que siempre estuvieron a tu lado que ya no estarán, no podrás preguntarle a tu cómplice profesor en días de aburrimiento que si puedes ir al servicio, sólo para que te dedique una sonrisa, no podrás reírte a carcajadas con la compañera de la izquierda porque nunca entendería la locura de esos días, ya no podrás salir al recreo y quedarte en el rincón más recóndito en un día malo y quieras estar sola. No podrás volver a entrar en ese sitio que te hizo persona. Lo echarás de menos y ya no podrás dar marcha atrás.

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