El sabor de tu sonrisa.
Dime a qué sabe tu sonrisa si cuando me da por mirarla el filo de mis párpados dejan de existir, dime que una mirada puede cambiar mi rutina, o si los besos amargos de despedida tienen que existir a la fuerza. Dime que no me voy a perder ninguno de los entresijos de tu cuerpo, ni que tus poesías pertenecen a otra persona. Dime que no te vas a ir y me bastará con eso.
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