Pasé mi vida entre andenes.
1 oct 2016
Me rompes.
De rojo se vistió el amanecer de aquel martes, si hubierais visto qué bonito fue. Cantaban sirenas, callaban los barcos y allí a lo lejos estaba él. Entonces sentí aquel rojo en mi pecho, aparqué con prisa el coche y al salir, el móvil se calló al suelo del temblor de mis manos, fui a agacharme a cogerlo y al ponerme en pie de nuevo, ahí estaba en frente de mí. Me sonrió y nos contamos cómo nos iban las cosas, yo le conté las curvas que conducían mi vida y él me contó las rectas que debía seguir. Aunque muy recta su vida tampoco iba... El frío se acomodó entre nuestras palabras, y de repente se despidió. No volvió a hablar, quizá por los límites que nos imponen a los dos y que tú no consigues romper, pero yo ya no consigo encontrar las fuerzas necesarias para romper ese azul que dibujas, porque a veces no sé si me compensa seguir, seguirte.
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Precioso, emotivo, profundo..........no dejes de escribir Ruth
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