Pasé mi vida entre andenes.

Pasé mi vida entre andenes.

6 abr 2013

El destino no ha decidido aún.

Otra vez me he levantado pensando en tu media sonrisa, manías, qué sé yo, recordando que toda la noche has estado en mis aventuras de mentira, pero eso ya no es novedad, es el cielo, que me pierde, o tus ojos  tintados de tiza. Y, no dices nada, pero lo piensas, lo sientes y guardas tus palabras en versos que nadie leerá, donde fluyes como un río frío por tu espalda cansada de escalofríos en vano. Escribo punto y aparte y vuelves a renacer, pero esta vez en tu lado reservado de mi cama. El destino había decidido que debíamos cumplir un margen de seguridad, pero lo vencimos después de todos esos años esperando algo que nunca llegaba, y sí, siempre dices que te vas a ir pero siempre acabas quedándote. Y volvemos a escalar el pasado contando los besos que nunca nos dimos, presos del miedo a saber qué pasaría si esto se convirtiera en algo más, si me odiaras al quererme. Detesto las despedidas, los cambios, los recuerdos que ahogan y los silencios que acaban en preguntas sin respuesta, odiaré tener que darte un último abrazo y que esto se termine sin haber empezado. La distancia apuesta demasiado fuerte y ganará la partida, pero siempre quedarás en mis líneas escondido.

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