Pasé mi vida entre andenes.

Pasé mi vida entre andenes.

18 abr 2013

No me dio tiempo.

Cambiaste de sentido al tiempo al ser consciente de las dimensiones de Madrid. Fuiste capaz de cambiar miles de corazones que ahora están bajo tus huellas, quisiste que la rutina te obligase a cambiar, y el destino así lo hizo, tal vez acertó, quién sabe. No has cambiado, sigues siendo la misma de siempre con tus "por qué's" y tus idas y venidas. Te mereces que escriba hojas y hojas sobre ti, sobre nuestra historia, porque hay que contarla. No me dio tiempo, y mira que te busqué, pero te vi yéndote demasiado rápido, no fue suficiente, quizá no estuve ahí del todo y me fumé las pocas ganas que me quedaban para volver a intentarlo una vez más. Quiero que tus ojos azules sigan intactos en las aulas, y que tus manos ensuciadas de tiza continúen pintando amaneceres entre nuestras legañas; que tu voz sea un recuerdo que nunca se acabe, y que el olvido no apueste siempre y gane la partida; que la distancia nos dé una oportunidad más y que el cielo nos señale el momento exacto en que volvamos a vernos; que tus cigarros me expliquen la importancia del reloj y del paso de los años, que fluyen como el viento entre tu pelo, o más rápido aún; que te busque, que me hundas cuando te despides, que no me dejes tintar las lágrimas de negro, por el rimel, y te vuelvas a ir.

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